Transcripción |
El Rock
Está Reemplazando a la Religión
20 de marzo de 1990. El centro de la ciudad
de Los Ángeles se transformo en un autentico
pandemonio cuando una estampida de 20 mil
adolescentes irrumpió en una disquería. Hubo
vidrios rotos y escenas de violencia. La
policía y los bomberos tuvieron que
intervenir rápidamente. Cinco jóvenes
sufrieron heridas de distinta consideración.
Los miembros del grupo Depeche Mode se
refugiaron, aterrados, en el piso superior
del local. Lo que iba a ser una simple firma
de autógrafos estuvo a un paso de la
tragedia, por otro lado, imposible de
prever. Nadie imaginaba que la popularidad
de Depeche Mode, una banda tecno hasta ese
entonces de culto, hubiera tomado
proporciones tan inmensas en la rocanrolera
California.
Fue la edición de Violator la escala hacia
la masividad de Depeche Mode, una banda
nacida en los albores de 1980 en la ciudad
de Basildon, a 20 kilómetros de Londres. La
casualidad y el tedio urbano hicieron que
Martín Gore, un bancario sumamente
introvertido, uniera sus inspiraciones
artísticas con un ex compañero de colegio,
Vince Clarke, y con el asegurador Andy
Fletcher. Después se les uniría como
cantante un conocido ladrón de motocicletas,
Gavid Gahan, quien eligió el nombre del
grupo al hojear una revista de moda
francesa. Depeche Mode, sinónimo de moda
pasajera, seria un nombre del que siempre se
arrepentirían.
El cuarteto se abriría paso lentamente en la
escena británica. Después de un primer
disco, Vince Clarke, el principal creador,
deja la banda para formar Yaz. Y
posteriormente, el exitoso Erasure, siendo
reemplazado por Alan Wilder. Es en ese
momento que Martín Gore toma las riendas
compositivas y su impronta reflexiva hace
que el repertorio pasatista tome una
personalidad profunda. Obsesivas relaciones
amorosas, el sexo y, sobre todo, la religión
comienzan a poblar las letras de las
canciones, y a penetrar en el subconsciente
de miles de fans, deseosos de encontrar una
explicación al mundo del amor y la culpa.
Vinculo Emocional
Black Celebration de 1986, y Music For The
Masses de 1987, muestran el proceso de
transformación consumado. Sin la
sanguineidad de bajos y baterías, y rodeados
de transistores, Depeche Mode no encuentra
obstáculos para establecer un vinculo
emocional con su audiencia. Sus conciertos
son como ceremonias iniciáticas, y los
fieles van formando una legión en Europa. En
Estados Unidos demoran un poco mas, pero son
gratamente sorprendidos en el ultimo show de
su gira, cuando el Rose Bowl de Pasadena se
colma con 75 mil espectadores. El
documentalista D. A. Pennebaker (Realizador
del film Woodstock) esta allí, cámara en
mano, para registrar ese nuevo fenómeno: el
místico fervor de Depeche Mode cautivando
las almas paganas, en pleno centro del
consumo y el materialismo. 101 fue el titulo
de la película y el álbum doble que hoy
atestiguan esa genuina conversión de las
masas.
A partir de 1991, la vida privada del grupo
comenzó a figurar en las gacetillas de
difusión, para evitar los rumores que los
caracterizaban como gays, o músicos
exaltados. Nada es mas aburrido que la
verdad: todos ellos son casados con hijos y
ni siquiera van a iglesia alguna. Es mas: el
tema Personal Jesús fue considerado herético
por miembros del clero británico; en
realidad la pagina en cuestión satirizaba a
los pastores televisivos, proponiendo un
culto portátil, al alcance de cualquier
teléfono que funcione como es debido.
Fe en la música
A partir de Violator la cantidad de
feligreses que siguen el culto a Depeche
Mode creció geométricamente. Muchos,
principalmente del segmento adolescente,
llegan al fanatismo. Gore describe el
fenómeno sosteniendo que el rock ha llegado
a ser una especie de religión. “En realidad,
la iglesia y la religión convencionales no
parecen estar satisfaciendo las necesidades
de mucha gente joven. El rock esta
remplazando la religión de una manera
divertida. Todos necesitamos en algo en que
creer. ¿Por qué no en la música?”.
Canciones de fe y devoción, del año pasado,
confirmo a Depeche Mode como una de las
bandas mas grandes de esta época, no solo
por haber vendido cuatro millones de copias,
sino por la capacidad de reinventarse a si
mismos, sin perder la identidad que los
llevo al corazón de su publico. Perdido el
respeto por el tecno ortodoxo, comenzaron a
aparecer aires de Blues en su música, al
igual que guitarras eléctricas y pelos
largos en sus presentaciones que, para este
trabajo solamente, les demandaran un año y
medio de su cotizado tiempo. En el nuevo
álbum el grupo busco un sonido mas vivo.
Introdujeron elementos novedosos, como un
coro de cantantes evangelistas y una
orquesta de 28 elementos. En vivo, Gore toca
cada vez mas la guitarra y Wilder la
batería. “Cuando comenzamos no era muy común
hacer música electrónica y usar computadoras
y sintetizadores –explica Gore días después
del lanzamiento del álbum-. Resulta un poco
irónico que ahora que esas costumbres han
llegado a ser aceptables el grupo sienta la
necesidad de abrirse hacia otros rumbos.”
Las plegarias de los devotos argentinos –que
no son pocos- han sido escuchadas, y mañana
Vélez mas que un estadio será un santuario
donde fans y artistas comulgaran por primera
vez en una verdadera celebración de la
música. Amén.
Ideas y talento
Depeche Mode quiere decir en francés moda
pasajera. Pero este grupo nacido en el
semillero alternativo británico logro
trascender las modas musicales pasando de
ser una banda de culto a la enorme
popularidad que ostenta hoy. El éxito
duradero del grupo tiene un pilar donde
apoyarse en Martín Gore y sus letras, que
recorren consistentemente extremos
emocionales y tienen respuesta inmediata en
sus seguidores, particularmente los
adolescentes.
Gore, que cuenta entre sus compositores
favoritos a Neil Young, Leonard Cohen y John
Lennon, reconoce que el éxito los encontró
desprevenidos: “Ni siquiera nos imaginábamos
que iba a pasar algo parecido. Es
impresionante que todo esto suceda recién
trece años después de haber comenzado”.
Trece años en el rock, donde se suele
postular que hay que vivir rápido y morir
joven, puede parecer una eternidad. Para
Gore, la longevidad de Depeche Mode no es
ningún secreto: “Sin querer sonar presumido,
creo que nuestros discos han mejorado
progresivamente. Muchos grupos, en cambio,
comienzan con buenas ideas pero las van
perdiendo de disco en disco. Ese no es
nuestro caso”.
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